Sobre las pruebas de Bachillerato en Costa Rica

Hace unos años cuando yo aún estaba en el colegio, me encontraba conversando con un profesor sobre las pruebas de Bachillerato, que se convertían en una forma de frustración al estudiante y que eran solamente una traba para algunos.

El me dijo que compartía mi opinión e incluso me compartió su opinión al respecto. Las pruebas de bachillerato frustran el futuro de muchos estudiantes, algunos que son muy buenos en las matemáticas pero no tan buenos en letras, otros que son buenos en letras pero no en matemáticas, otros que son buenos en artes pero que no lograron pasar el examen de Bachillerato de Educación Cívica. Entonces digo yo. ¿En que país vivimos? Leamos lo que nos comparte el profesor Giovanni Calderón Arrieta.


¿Qué son en verdad las pruebas de bachillerato?

Después de las recién pasadas pruebas de bachillerato, es imposible no plantearse una serie de reflexiones sobre las mismas:

 

Son contradictorias desde el punto de vista metodológico; recientemente en un artículo de la nación el 1 de noviembre de 2011 se expuso sobre las pruebas de cívica: “Los colegiales que el martes 8 de noviembre resolverán el examen de Educación Cívica se enfrentarán con otro tipo de preguntas, en comparación con las aplicadas en los años anteriores.

 

En el cuestionario ya no vendrán interrogantes sobre los expresidentes de Costa Rica o sus principales logros.

En vez de la memorización, predominarán el análisis y la interpretación de contenidos.”

 

  1. En el artículo de este diario se dice que las pruebas de cívica de este año, ya no iban a ser tan memorísticas, sino, que más bien se buscaría establecer ítems de más análisis y más criticidad. Por lo tanto, se puede sobreentender que las demás pruebas que se han aplicado tradicionalmente; español, estudios sociales, entre otras, son memorísticas. Esta situación es una inexorable contradicción, ya que el MEP nos exige a los docentes, según las políticas educativas, se deben formar estudiantes críticos, reflexivos y analíticos, pero al final los evalúan con pruebas memorísticas; o es que no le suena a la contradicción más disparatada.
  2. Es paradójico que una maquina (la que revisa la hoja lectora) sea la que defina el destino profesional de un joven estudiante, además de existir la posibilidad de que lo frustre para el resto de su vida. Cuantos jóvenes se sienten completamente decepcionados por no poder ganar una simple prueba, no un solo año, sino muchas veces tres, cuatro, e inclusive más intentos fallidos. O es que todos los años anteriores no valen al final, las trasnochadas, las clases aburridas y otras no tanto, las evaluaciones confusas, los profesores cuerdos y otros no tanto. Es inconcebible que el resultado dado por una maquina te diga si eres bueno o no en una materia o peor aún, si puedes llegar a ser profesional o no, es decir define tu futuro. Que hubiera pasado si Beethoven hubiera hecho las pruebas de bachillerato perdiendo matemáticas, es probable que su potencial musical se hubiese perdido, no desarrollándose como el gran músico que fue. Cuantos artistas, sociólogos, matemáticos (que pueden fácilmente perder español, sociales u otra.) ven frustradas su carrera, o es que no merecen ser profesionales al perder una prueba de bachillerato, donde quedan las inteligencias múltiples para el MEP (Ministerio de Educación Pública). Un genial artista, no bueno en matemáticas, como hay muchos, merece tener tan negro destino. 
  3. De que vale decirles a los jóvenes, que estudien para que tengan un futuro mejor, para que sean profesionales y se desarrollen plenamente, si al final, unas pruebas mal elaboradas y memorísticas les dicen si sirven o no. No seamos hipócritas con nuestros jóvenes y digámosle la verdad, no todos se van a poder graduar de bachilleres, a pesar de haberse sacrificado durante cinco largos años. Falacia innegable es decirles no salgan del cole y estudien.
  4. O es que existe algo oculto tras las pruebas de bachillerato, en una sociedad cada vez más deshumanizada, puede ser posible que se necesite mano de obra barata y no profesional para laborar en las empresas capitalistas que llegan al país. Será posible que la cruda verdad sea que no todos los jóvenes de quinto deban ser profesionales, porque saturarían el mercado laboral, asimismo, los que no se gradúen engrosaran las huestes de mano de obra barata y pseudoprofesional. No puedo evitar recordar la ironía de la canción “otro ladrillo en la pared” (Another Brick in the Wall) de Pink Floyd, nuestra educación es resultadista y meramente formativa, creando individuos que la sociedad del momento requiere. Sociedad deshumanizada es la que nos rodea y nuestra juventud es víctima ingrata de ese sistema.
  5. Parafraseando a una gran cantidad de colegas, dirían “no me gusta dar quinto por las pruebas de bachillerato”, que trauma tan maquiavélico generan las dichosas pruebas en la comunidad estudiantil. Profesores obsesionados con las pruebas, que sienten que cada vez tienen que mejorar la promoción de estas pruebas como si su vida dependiera de ello, se vuelven seres crueles que dicen literalmente que solo van a mandar cierta cantidad de estudiantes a presentar bachillerato ya que su prestigio depende de ello. Menor cantidad igual mayor calidad, igual mejor promoción, resultado final excelente profesor. Ciertamente los educadores nos deshumanizamos con estas pruebas. O no es cierto, que los buenos profesores son aquellos que tienen una alta promoción en bachillerato, y los que no, son deficientes. Pobres jóvenes, como si no hubiera sido suficiente castigo estar 10 años sufriendo bajo un sistema educativo obsoleto, impersonal, resultadista.
  6. Lagrimas después de una prueba. En muchas partes del país, algunos jóvenes lloraron por sentir que habían perdido la prueba de matemáticas (que según escuche a algunos colegas de esa materia, estuvo terriblemente difícil). Que lamentable que nuestro sistema educativo provoque lágrimas de impotencia y no sonrisas. De impotencia porque muchos estudiantes cumplen hasta casi un año sin que les hayan nombrado profesor de matemáticas o de cualquier otra materia, afectando lógicamente sus bases y tienen alguna culpa nuestros jóvenes de ello, sabemos que nuestro sistema educativo no es parejo en cuanto calidad se refiere. Algunos mal pensados o “críticos sociales” ( sobran en este país) dirían que probablemente son vagos y eso deja no estudiar, nada más alejado de la realidad, si analizamos la deficiente educación del país, unas pruebas estandarizadas evaluando calidad  educativa no estandarizada, ya que las diferencias en las zonas del país son abismales, solo por comparar el valle central con las zonas rurales , de manera que los  mismos  exámenes de Bachillerato que hacen los estudiantes de Isla Chira (imagínense las condiciones) son  los que hacen en  el Colegio Bilingüe de Palmares, de manera que evidentemente los resultados van a ser dispares. Los “vagos” que lloran por haber perdido las pruebas, no son más que víctimas de un sistema educativo desfasado y mediocre, que con unas pruebas estandarizadas muy cuestionables pretenden mejorar su desprestigiada calidad. Lo peor es que la opinión pública ha creado una apología de las pruebas de bachillerato, y cuando tímidamente se menciona su eliminación, hay algunos (la mayoría) que se rasgan las vestiduras sin analizar a fondo la situación.

En el MEP anuncian que estas pruebas son para determinar la calidad de los futuros profesionales. La verdad considero muy acertado el artículo que nos comparte el profesor Giovanni,  muchas veces estas pruebas han servido para poner un freno a la cantidad de profesionales que se podrían desarrollar en el país. ¿Es esto es lo que realmente quiere el gobierno?

 

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Comentarios: 1
  • #1

    Febe Miranda Flores (miércoles, 20 noviembre 2019 20:43)

    Mi hija no se graduará sólo por punto y medio que le falta en matemáticas , no es justo que tanto que ella se mató estudiando que no sé gradué . Ella trabaja y se le hace duro seguir con todo eso . Que injusticia